Por: Cristina Rivas
En el corazón del Amazonas, las mujeres tejedoras de la Asociación de Artesanos de Novo Airão (AANA) han transformado su arte ancestral en una fuente de resiliencia y empoderamiento económico. Utilizando fibras naturales como el arumã, una planta que crece en áreas inundadas y sombreadas, estas artesanas crean productos que van desde cestos y esteras hasta luminarias y sillas revestidas. El manejo del arumã, una tradición heredada de la etnia indígena Baré del Alto Río Negro, ha sido clave para preservar tanto la cultura local como el medio ambiente.
Fundada en 1996, la AANA nació tras la implementación del Proyecto Fibrarte de la Fundación Vitória Amazónica, que en 1994 buscó estimular la actividad artesanal en la cuenca del Río Negro. Al principio, muchas de las artesanas sentían vergüenza de comercializar sus piezas, pues existía una percepción negativa asociada al arte como “cosas de indios”. Sin embargo, con el tiempo, la organización de las tejedoras y el impulso por valorar su tradición Baré convirtió al colectivo en un espacio de fortalecimiento cultural y social, transmitiendo el conocimiento ancestral de generación en generación.
El crecimiento de la AANA ha permitido que las artesanas atraigan visitantes y obtengan ingresos estables, asegurando la continuidad de sus tradiciones. Este modelo de desarrollo sostenible no solo fomenta la independencia económica de las mujeres, sino que también apoya la conservación de la biodiversidad local.
En paralelo, el Proyecto de las Reservas de Biosfera en la Amazonía, impulsado por la UNESCO, busca frenar la degradación de los ecosistemas amazónicos, conservando la biodiversidad y promoviendo medios de vida alternativos para las comunidades y pueblos indígenas. Desde su implementación en 2021, el proyecto ha respaldado más de 42 iniciativas para regenerar ecosistemas y promover el empleo sostenible, combinando conocimientos científicos con saberes ancestrales para reducir los impactos del cambio climático.
La historia de las mujeres tejedoras de Novo Airão demuestra cómo la preservación cultural puede ser aliada del desarrollo económico y la conservación ambiental, sirviendo de modelo para otras comunidades en la Amazonía y más allá.
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