Migrar: Historias que cruzan fronteras

Por Paz Coliguante.

Migrar es mucho más que un movimiento físico; es un acto cargado de sueños, sacrificios y esperanzas. Para muchos, migrar significa dejar atrás lo conocido en busca de una vida mejor, enfrentando desafíos que solo quienes lo viven pueden comprender.

¿Por qué migran las personas?

Los motivos para migrar son diversos y complejos. Entre los más comunes se encuentran:

Económicos: La búsqueda de mejores oportunidades laborales y condiciones de vida.

Violencia y persecución: Escapar de conflictos armados, violencia estructural o persecución política.

Cambio climático: Fenómenos como sequías, inundaciones o huracanes que destruyen hogares y medios de vida.

Familiares: Reunificación con seres queridos que ya se encuentran en otro país.

América Latina: una región en movimiento

En 2024, aproximadamente 48,3 millones de personas de América Latina y el Caribe vivían fuera de sus países de nacimiento, representando el 16% de la población migrante mundial.

Estados Unidos sigue siendo el principal destino, pero la migración intrarregional ha crecido con fuerza: hoy, casi un tercio de los migrantes latinoamericanos se mueve dentro de la región, buscando estabilidad y nuevas oportunidades en países vecinos como Chile, Argentina, México o Brasil.

Las voces del camino

La semana pasada, desde la Fundación Entre Soles y Lunas, conversamos con migrantes que caminan por el centro de Santiago de Chile. Sus palabras reflejan emociones profundas, realidades diversas y una constante: la dignidad con la que enfrentan el día a día.

“Aunque esté bien aquí, siempre extraño mi país. No es ingratitud, es nostalgia.” Claudia (Colombia)

“Me gustaría que entendieran que siempre busco adaptarme y aportar con una actitud positiva.” (Sandra, Ecuador)

“Me gustaría que descubrieran la riqueza de la cultura peruana, nuestras tradiciones, historia y el orgullo que sentimos por nuestras raíces.” Giovanna (Perú)

Estos testimonios nos recuerdan que migrar no es olvidar, sino llevar el país a cuestas. Es construir puentes entre culturas, enriquecer al nuevo entorno y también enfrentar prejuicios con resiliencia y respeto.

Niños, familias y nuevas raíces

Uno de cada cuatro migrantes en América Latina y el Caribe es un niño o niña. Muchos llegan acompañados por sus familias, pero también hay quienes cruzan fronteras solos, con el único deseo de reencontrarse o sobrevivir. La migración, en todas sus formas, merece una respuesta solidaria, humana y con enfoque en los derechos.

Un llamado a la empatía

La migración no es una amenaza. Es una oportunidad para conocernos, para crecer como sociedad y para abrazar la diversidad que habita nuestras ciudades. Escuchar las voces migrantes es el primer paso para derribar estigmas y abrir el corazón a nuevas formas de ver el mundo.

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