Por Cristina Rivas
El programa Molitas, impulsado por la Fundación Entre Soles y Lunas, transforma el aprendizaje del patrimonio en una experiencia viva, colectiva y emocional. Lejos de los enfoques tradicionales, esta propuesta pedagógica integra la educación patrimonial material e inmaterial como una herramienta de transformación social, adaptándose a cada comunidad según su territorio, cultura y necesidades específicas.
Desde su creación en 2018, Molitas tiene como objetivo educar desde el respeto, la diversidad y el juego. En Uruguay, Montevideo, el programa estuvo presente en cuatro escuelas públicas, con un total de 186 estudiantes, entre ellos 37 niños y niñas migrantes. Allí, se logró que los participantes sean más conscientes, solidarios y abiertos al cambio.
Actualmente, el proyecto está trabajando para restaurar el trabajo que realiza Molitas para el 2026.
Los talleres sensoriales y reflexivos estimulan el aprendizaje en torno al valor del patrimonio cultural y natural. Estas actividades se diseñan con una mirada intergeneracional, lúdica y participativa, integrando el cuerpo, la memoria y la creación colectiva como lenguajes fundamentales para habitar el patrimonio desde la experiencia.
En contextos urbanos, Molitas también ha impulsado ejercicios de reutilización de materiales, donde niñas y niños construyen collages y tejidos simbólicos con retazos de tela. Esta actividad promueve la empatía, el trabajo en equipo y el cuidado del entorno, además de reflexionar sobre el “tejido social” que une a una comunidad diversa.
(Escuela Brasil 3B)
Una de las talleristas, Mónica Chaparro, expresó:
“Desde mi experiencia rescato toda la voluntad que se tuvo de parte del equipo para que cada una de las instancias quedara guardada en nuestros corazones. Trabajar bajo la temática ‘tejido social’, tomando como disparador la industria textil y los derechos que perseguimos quienes nos dedicamos a este rubro, fue una gran responsabilidad. Pero escuchar a los niños, acompañar su formación con la mirada en ‘un futuro mejor’, fue uno de los mayores regalos de Molitas.”
Durante los meses de octubre y noviembre de 2018 se realizaron ocho talleres en 4 escuelas de Brasil y Portugal. Las actividades incluyeron espacios de conversación sobre migración, lectura de cuentos, escritura de historias personales y creación de tejidos con telas reutilizadas. Estos talleres no solo ofrecieron herramientas pedagógicas innovadoras, sino que también fueron espacios profundamente emocionales y transformadores.
En palabras del informe final del programa:
“Niños y niñas compartieron historias personales sobre migración, identidad y adaptación. En algunos casos, como el de Teresa, una niña angoleña, la experiencia fue tan significativa que escribió una carta de agradecimiento a sus compañeros por la forma tan amorosa con la que había sido recibida. Fue un momento profundamente emotivo que mostró el valor de construir comunidad desde la escucha y el afecto.”
Además de los aprendizajes formales, Molitas propicia reflexiones comunitarias sobre convivencia, diversidad cultural, reciclaje, sostenibilidad y ciudadanía global. La metáfora del tejido fue clave para muchos de los participantes, quienes identificaron en la variedad de colores, texturas y formas una representación viva de la sociedad.
“El trabajo de aquel tejido se constituía en una metáfora del tejido social que lentamente se va construyendo entre todos los miembros de una comunidad y que se ve enriquecido por aquello que nos diferencia”, señala el equipo en el informe.
A través del juego, el cuerpo, la palabra y el hacer con sentido, Molitas construye una pedagogía del afecto, donde el patrimonio no es solo conocimiento, sino memoria viva, identidad en movimiento y vínculo con el entorno. Así, el programa demuestra que educar en patrimonio es sembrar raíces para una ciudadanía más consciente, participativa y transformadora.
Fuentes:
Testimonios de talleristas
Instagram de la Fundación Entre Soles y Lunas: https://www.instagram.com/_entresolesylunas/
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