América Latina avanza hacia la seguridad alimentaria: menos hambre, más conciencia social

Por Cristina Rivas 

Por primera vez en más de una década, América Latina registra niveles de hambre por debajo del promedio global. Este hito, destacado por el último informe regional de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición (2024), refleja que el 28,2% de la población en la región vive con inseguridad alimentaria, frente al 28,9% mundial. Esta leve pero significativa mejora representa un alivio para unos 20 millones de personas entre 2022 y 2023.

El avance no ha sido homogéneo. Mientras Sudamérica lidera la mejora con una disminución sostenida del hambre, Centroamérica mantiene cifras estables y el Caribe enfrenta un retroceso alarmante: más del 58% de su población no accede regularmente a una alimentación adecuada. Según Mario Lubetkin, representante de la FAO para América Latina y el Caribe, estas diferencias se deben, en parte, al impacto desigual del cambio climático en las distintas subregiones.

El fenómeno climático se perfila como una de las principales amenazas para la seguridad alimentaria. De acuerdo con el informe, al menos 20 países latinoamericanos enfrentan una alta exposición a eventos extremos como sequías, inundaciones y ciclones, que afectan directamente la producción de alimentos, encarecen los precios y dificultan el acceso a dietas nutritivas. Rossana Polastri, del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), advirtió que estos factores no solo agravan el hambre, sino que aumentan la vulnerabilidad de las comunidades rurales, especialmente aquellas que ya viven en condiciones precarias.

A esta problemática se suma una forma silenciosa de malnutrición: el sobrepeso infantil. Casi nueve millones de niños menores de cinco años sufren esta condición en la región. Esto revela que no solo es urgente garantizar el acceso a alimentos, sino también promover hábitos alimentarios saludables y sostenibles. Karin Hulshof, directora regional de UNICEF, enfatiza que la respuesta debe ser integral y multisectorial, con un enfoque que fortalezca la resiliencia de los sistemas productivos y ponga en el centro a las personas más afectadas.

La reducción del hambre en la región marca un paso esperanzador, pero aún queda un largo camino por recorrer. Consolidar este avance requerirá voluntad política, cooperación internacional y un firme compromiso con la equidad. En una región tan diversa como América Latina, lograr una alimentación digna, segura y sostenible para todos no solo es posible: es urgente.

Fuentes:https://elpais.com/america-futura/2025-01-27/america-latina-pasa-menos-hambre-que-el-promedio-mundial-por-primera-vez-en-una-decada.html

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