Por Paz Coliguante
América Latina y el Caribe enfrentan grandes retos para lograr un desarrollo social sostenible e inclusivo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha identificado ocho obstáculos clave que dificultan el avance en la región. Estos problemas van desde la pobreza persistente hasta las desigualdades estructurales, y requieren respuestas políticas centradas en los derechos humanos y la equidad. Para superar estas barreras, la CEPAL propone un enfoque integral que considere tanto la dimensión económica como social y ambiental, siguiendo los principios de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
1. La persistencia de la pobreza
A pesar de ciertos avances, la pobreza sigue siendo un problema grave en la región. En 2024, aproximadamente el 27,3% de la población vive en situación de pobreza (172 millones de personas aproximadamente), y unos 66 millones sufren pobreza extrema. Esto ha experimentado un retroceso significativo en las últimas décadas, exacerbando la situación económica de millones de personas.
2. Desigualdades estructurales y la cultura del privilegio
La desigualdad cuenta con un largo precedente en la historia de la región, y continúa siendo una barrera fundamental para el desarrollo. Aunque el índice de desigualdad ha mejorado levemente, América Latina sigue teniendo el primer puesto en el mundo. Las diferencias no solo son económicas, sino también de género, raza y territorio. La cultura del privilegio perpetúa estas desigualdades, limitando las oportunidades para los sectores más vulnerables de la población.
3. Brechas en educación y salud
Es imprescindible brindar datos concretos: sólo seis de cada diez jóvenes completan la educación secundaria, y la educación superior sigue siendo inaccesible para los sectores de bajos ingresos. En el sector de salud, la mortalidad infantil sigue siendo desigual, especialmente entre afrodescendientes e indígenas, evidenciando las disparidades en el acceso a servicios básicos. La CEPAL señala que, en algunos países, la mortalidad infantil entre los afrodescendientes llegaba a ser hasta 1,6 veces mayor que la registrada en el caso de los no afrodescendientes, mientras que la tasa de mortalidad entre los niños indígenas casi duplica la de los no indígenas.
4. Inseguridad laboral y falta de empleo digno
El mercado laboral de América Latina no logra generar empleos dignos y productivos. El trabajo infantil es una clara manifestación de la incapacidad de la región para garantizar condiciones laborales adecuadas y el respeto por los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Además, la alta informalidad y la desigualdad en los ingresos son problemas persistentes, agravados por los efectos de la pandemia y las incertidumbres tecnológicas que están reconfigurando el panorama laboral.
5. Acceso desigual a la protección social
Aunque la protección social es un derecho esencial, su cobertura es desigual en América Latina. Las políticas de protección social, aunque han mejorado, aún no garantizan una cobertura universal. Las brechas son especialmente evidentes entre los trabajadores de bajos ingresos y las mujeres, quienes tienen un acceso limitado a pensiones y sistemas de salud.
6. Institucionalidad débil y falta de políticas sostenibles
Desde el punto de vista de la Agenda 2030, la institucionalidad es el marco en el que deberían expresarse los compromisos para su cumplimiento, a través de la implementación de políticas a largo plazo y con amplia legitimidad social.
A menudo, los programas carecen de bases institucionales sólidas, lo que impide su implementación efectiva a largo plazo. En muchos países de la región, las políticas sociales están sujetas a cambios abruptos y carecen de coordinación entre los diferentes actores gubernamentales.
7. Insuficiencia en la inversión social
La falta de inversión social es un obstáculo clave para lograr un desarrollo inclusivo. La carga tributaria en la región es considerablemente baja en comparación con otras partes del mundo, lo que limita la capacidad de los gobiernos para financiar programas sociales. Mejorar la eficiencia en la recaudación de impuestos podría ser una solución importante para abordar este déficit.
8. Obstáculos emergentes
A los problemas estructurales se suman nuevos desafíos como la violencia, el cambio climático, las migraciones forzadas, la transición demográfica y los avances tecnológicos. Estos factores emergentes agravan aún más las condiciones de vulnerabilidad en la región, exigiendo una respuesta urgente y coordinada.
La CEPAL resalta la necesidad de que América Latina y el Caribe adopten una agenda renovada de desarrollo social que no solo se enfoque en el crecimiento económico, sino en la equidad, la inclusión y la protección social. Aunque los obstáculos son muchos, la región tiene la oportunidad de avanzar hacia un desarrollo más justo y sostenible, basado en los principios de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La clave está en mantener la prioridad de los programas sociales y fortalecer la cooperación internacional para enfrentar los desafíos globales que afectan a la región.
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