Por Giuliana Mutti Sicilia
Instagram: @gm.comms
Foto: Ximena Borrazas
Al encontrarme frente a una foto de una persona migrante en portales o redes sociales, suelo reflexionar sobre la distancia y los intermediarios que se encuentran entre nosotros: quién es fotografiado y quién, ajeno como yo, se conmueve con su situación.
¿Cómo se construyen narrativas desde la fotografía? ¿Qué garantías tienen las personas migrantes fotografíadas? ¿Qué medios de difusión se tienen para los procesos migratorios?
Ximena Borrazas, fotoperiodista uruguaya, accedió a una entrevista para contarnos más sobre el trabajo y proceso que conlleva la fotografía de personas migrantes durante conflictos armados y crisis humanitarias. Su objetivo es utilizar la fotografía como herramienta para crear conciencia en la sociedad sobre distintos temas.
¿Por qué decidís trabajar con la temática de migración?
Es un poco general esta respuesta pero básicamente es porque a nivel de fotografía siempre intento cubrir algo que me mueva. El tema migratorio me mueve porque hay muchas injusticias detrás. Tuve la oportunidad de cubrir desplazamientos migratorios de ambos “bandos”, es decir un “bando” como el de Ucrania, migrantes que han sido recibidos super bien y que les abren todas las puertas, que está bien que sea así. Como también me tocó cubrir del otro lado, el lado donde nadie les da ningún tipo de oportunidad [a las personas migrantes]. Entonces es un tema que cada vez que me meto más, más me gusta porque hay mucho para mostrar.
Al momento de decidir abordar esta temática, ¿qué consideraciones tenés antes de exponer a las personas migrantes?
Lo abordo como cualquier tema que retrato, que siempre son temas sensibles. Primero, siempre hablando con la persona, presentándome, diciéndole el objetivo de la entrevista, la foto o lo que sea; que sepan que mi objetivo es mostrarlo en redes [sociales] o en medios de prensa. Y les pregunto si quieren participar. Siempre con respeto porque me pongo en ese lugar, hoy o mañana soy un migrante en una patera* o soy un homeless, y no me gustaría abrir un ojo y ver una persona sacándome una foto sin siquiera preocuparse en hablar conmigo, en saber mi historia.
Entonces yo trato de empatizar, ser respetuosa y no mostrarlos deshumanizados. Siempre pongo el mismo ejemplo, hay una foto de un rescate de una patera donde hay una niña que está comiendo desesperada del suelo y se ve como se le cae la saliva. No está bueno mostrar así a la gente, porque no te gustaría que a vos te muestren así y porque difícilmente se te ocurra mostrar así a otras personas. Entonces el objetivo es mostrar a todas las personas por igual, así como muestro a gente de África que migra, tambien mostré a los ucranianos, y tambien mostraría gente de Latinoamérica.
*Patera: embarcación pequeña de madera, sin cubierta, con el fondo plano y poco calado.
¿Cómo participan las personas migrantes cuando son fotografiadas?
En todas las coberturas que he tenido, súper bien. Hay gente que, por ejemplo en altamar y en el barco, no quiere ser fotografiada porque no estan bien a nivel psicológico y anímico. Estan en proceso de asimilar todo lo que han vivido. Es gente que generalmente vive violencia física, sexual, encarcelamiento. Entonces, no es fácil el momento en que son rescatados porque bajan un poco la guardia y les cae todo, es un momento bastante complicado. Pero te diría que el 97% de las veces sí se dejan fotografiar.
¿Cómo se fotografía a los niños en estos contextos?
Con los niños siempre hay adultos. Siempre se le pregunta a los padres o al adulto responsable que haya [en el lugar]. En el caso del Aita Mari, salieron un montón de niños y bebés en fotos que estaban con sus padres o madres, y se le preguntó en todo momento a los adultos responsables si se les podía sacar fotos. Se fotografió a quienes accedieron a hacerlo, y en el caso de Tigray (Etiopía), lo mismo. Por ejemplo, cuando estaba haciendo el reportaje sobre el hambre en el hospital central de Mekele (capital de Tigray en Etiopía) fui a una habitación en el módulo de desnutrición severa donde encontramos una nena que estaba flaca y súper débil; la niña tendría 10 años y no filme ni hice fotos porque la madre había salido y no podiamos preguntarle a un adulto responsable.
Esta forma de trabajar, ¿es algo que vos planteas al momento de hacerlo o existe algun lineamiento que así lo defina para poder luego vender o compartir las fotos?
No, simplemente te compran el material. Es verdad que los medios muy rara vez muestran el rostro de niños en noticias dramáticas, por un tema de protección al menor y otras cosas. También es verdad que muchos medios cuando se trata de un niño español le pixelan la cara o le sacan fotos sin el rostro, pero cuando se trata de un niño africano lo muestran. Es un poco contradictoria su política, pero sí es verdad que existen algunos medios un poco más serios que aplican el mismo modo de trabajo e intentan no publicar el rostro de niños en contexto de drama. Depende del medio.
¿Qué narrativa buscas transmitir sobre la migración a través de tus fotos?
Bueno, yo intento abordar problemas. Por ejemplo, en Aita Mari el problema de la gente que se muere en el mediterráneo, ¿por qué esta gente se muere allí? Porque Europa tiene unas políticas migratorias bastante controversiales, porque por un lado abre las puertas de par en par y por el otro lado levanta muros gigantes con pinchos. Lo que yo busco con mis reportajes es que la gente piense, que se haga preguntas que capaz antes no se hacía. Creo que la manera de hacer que a la gente le impacte más [la situación], además de tener una foto potente [es contar] también con la historia, si la foto está acompañada de una historia potente eso va a llegar muchísimo más. Lamentablemente, hoy en día cuando decimos “naufragó una patera con 600 migrantes”, en el momento genera un escándalo pero ya al otro día nadie se acuerda. Primero, por [el lugar de] donde proviene la gente, porque si fuera un barco [de procedencia europea] estaría en boca de todos durante meses, pero como son africanos, negros o árabes no importa. Además, porque la gente ya se ha acostumbrado a escuchar todo el tiempo por medios de prensa “murieron 200 migrantes”,“murieron 180 personas en un camión en México” y lamentablemente los números ya no impactan. Es así, entonces a través de las historias sí se logra empatizar con las personas, por eso las considero fundamental.
Al momento de compartir tu trabajo con los medios ¿existe alguna forma que te permita mantener tu narrativa?
Depende del medio, por eso escribo reportajes cuando hago coberturas de más de una semana con tiempo suficiente para tener material. Escribo sobre la problemática de manera objetiva, a partir de lo que veo y lo que me cuenta la gente de ahí. Siempre trato de contar testimonios y evito generar opiniones propias. Mis opiniones propias, a veces, las comparto por Instagram porque es mi perfil, pero no para medios. Se supone que los medios de prensa tienen que ser objetivos e imparciales, entonces intento construir esa narrativa a partir de testimonios. Hay medios que compran todo el reportaje y lo publican tal cual yo se los doy, y hay otros que hacen una edición del material. Por ejemplo, hace un tiempo publicaron un fotorelato a partir de mi reportaje. También trabajo con una agencia, allí hay medios que compran solo las fotos y la usan para la que sea su noticia o reportajes que ellos mismos elaboran.
¿Qué cosas crees que se pueden incentivar desde la comunicación para ayudar a la problemática migrante?
Muchas cosas, la comunicación en materia de migración creo que está muy mal hecha. Es mi humilde opinión, y yo no soy nadie como para decirlo pero creo que el sensacionalismo gana siempre, en todo sentido. Cuando se menciona la migración en sí, pero también en noticias cotidianas, muchas veces hay un asalto o un robo a un comercio y en lugar de poner “una persona robo..” ponen la nacionalidad de la persona. A partir de esto, yo creo que la xenofobia y el racismo que existe, al menos acá en España, es en parte culpa de los medios de prensa. Los medios de prensa criminalizan a los migrantes y los ponen a todos “en una misma bolsa”, simplemente porque son medio morenos, negros o lo que sea. Los medios de prensa tienen responsabilidad en la propagación de un discurso de odio, porque si ellos no publicaran de la forma que publican quizás a mucha gente no se le ocurría pensar “que todos los migrantes son ladrones”.
Creo que el periodismo tiene que dar un giro, y creo yo que lo está dando. Por algo, mucha gente hoy en día sigue a periodistas freelancers para informarse de las cosas que pasan. Sobre todo se ha dado con la guerra en Ucrania que un montón de gente decidió no confiar más en los medios de prensa y sigue a periodistas freelance que están en terreno, quienes son libres de publicar lo que quieran y por lo pronto son objetivos. Muchas veces si uno responde a un medio de prensa internacional hay información que no podés dar porque te quedás sin trabajo. Existe una censura brutal en los medios de prensa, porque los gobiernos manipulan la información también a su antojo. Entonces hay mucha gente que se hartó de ya no saber que creer y que empezó a seguir a periodistas freelance, que publicamos lo que nos parece la verdad, sea de un lado o del otro, porque no tenemos ningún tipo de compromiso o de mandato con nadie.
Además, para ser periodista de temas humanitarios internacionales primero tenés que tener cierta humanidad propia para preocuparte realmente de comunicar de forma objetiva esos temas, con un contenido rico en información y consciente de cómo se hace. Cuando estalló la guerra en Ucrania, se escuchó a periodistas en importantes medios internacionales decir “pasa que son como nosotros” y yo me pregunto ¿qué es ser como nosotros?
Por esto,creo que tiene que haber un cambio radical en la manera de comunicar y un compromiso a nivel periodístico para difundir todos los temas de manera equitativa. No puede ser que le demos todas las luces, bombos y platillos a un tema y a otros no ¿Por qué? ¿Por qué hay un editor que dice “tu desgracia es importante y la tuya no”? Me parece que tiene que salir de nosotros los periodistas decir “yo me voy a cubrir a Tanganica lo que está pasando” y listo, a alguien le va a interesar. Creo que tenemos que tener más iniciativa propia, porque es mas fácil esperar en tu casa que te llame el editor y te mande a hacer una cobertura, que está buenísimo, pero también está bueno tener la iniciativa de difundir situaciones, si los medios no nos dan espacio, a través de redes sociales. Hoy en día, a través de las redes sociales, tenemos la oportunidad de estar mucho más cerca de la gente que consume estas noticias. Aprovechémoslo, porque si uno informa de una forma más humana también va a ganar más credibilidad.