Recientemente, una noticia emocionante ha sacudido el mundo de la sostenibilidad en la Unión Europea: la introducción de una nueva normativa que redefine cómo se comunica la sostenibilidad de los productos. Esta normativa, conocida como Ecodesign for Sustainable Products Regulation detallada en la página oficial de la UE , establece que cualquier empresa que desee comunicar aspectos o características de sostenibilidad de sus productos deberá respaldar esta información con pruebas verificables o certificaciones por parte de terceros. En otras palabras, si una marca afirma que su producto es sostenible, orgánico, biodegradable, ecofriendly, entre otros, deberá contar con estudios, certificaciones o justificaciones que respalden estas afirmaciones.
Esta medida representa un gran avance en la lucha contra el greenwashing, una práctica deshonesta en la que algunas marcas exageran o distorsionan las características sostenibles de sus productos con fines comerciales. La nueva normativa obligará a las empresas a ser más transparentes y responsables en sus comunicaciones, lo que beneficiará a los consumidores al tener mayor información verdadera en la toma de decisiones y claramente, al medio ambiente.
¿Cómo deben reaccionar las marcas ante esta nueva regulación?
Para poder ingresar al mercado europeo o estar preparados para futuras regulaciones similares en Latinoamérica, que ¡trust me! Van a llegar, las marcas deben seguir algunas pautas clave.
En primer lugar, deben implementar una estrategia de medición de impacto, como hemos discutido en artículos anteriores, esto es necesario para tener indicadores claros sobre todos los atributos sostenibles de sus productos. En segundo lugar, deben contar con una cadena de suministro rastreable y certificada, lo que proporcionará mayor conocimiento y transparencia en la toma de decisiones. En tercer lugar, buscar invertir en certificaciones, creo que es un punto importante que se está dejando de lado por los altos niveles de las inversiones que usualmente requiere pero se vuelve algo necesario para la subsistencia de la marca en caso de querer ser una sostenible. Y por último, es fundamental que las marcas no comuniquen por comunicar, sino que lo hagan de manera honesta y conectada con la verdadera naturaleza de sus productos, asegurando que toda la información sea veraz y verificable.
En resumen, la nueva regulación de la UE marca un hito en el camino hacia una economía más sostenible y transparente. Las marcas que adopten estas prácticas no solo cumplirán con las normativas, sino que también ganarán la confianza y lealtad de los consumidores que buscan productos verdaderamente sostenibles.