Como parte de las celebraciones por el día del español, tuve la oportunidad de participar en la Universidad de Nebrija en Madrid, en un evento organizado por la cátedra de idiomas modernos, en el cual compartí con ciudadanos provenientes de Ucrania, Francia, Italia, Rusia, Kazajistán, o el Congo, entre otros. Estas personas de lugares tan distintos y distantes, están aprendiendo nuestra lengua. Allí, en la universidad que lleva el nombre del gran humanista español, fui de nuevo testigo del poder unificador de un idioma.
Aprender otra lengua es abrir una puerta a nuevas culturas y formas de pensar que enriquecen tu vida, tu espíritu. Hace algunos años yo misma fui participante de un proceso similar que me permitió aprender francés, por lo cual me identifiqué mucho con las dificultades que estas personas estaban pasando para poder expresarse en español. Pero para mí, aquella época de aprendizaje del idioma de Voltaire, me permitió darme cuenta de lo maravilloso que es ser parte del gentilicio hispano.
El español es lengua común en más de 20 naciones, principalmente en América Latina y España, además de ser idioma oficial en muchos otros lugares, como en Guinea Ecuatorial. Es una de las lenguas oficiales de las Naciones Unidas y la Unión Europea.
Según el último anuario del Instituto Cervantes, hoy en día somos casi 493 millones de personas que tenemos al Español como lengua materna, y si nos sumamos con aquellos que lo están estudiando, superamos los 591 millones de almas que tenemos a la “Ñ” en nuestras vidas. Ni que hablar de que el español es la tercera lengua más utilizada en la red.
Piensa que puedes recorrer casi todo un continente sin cambiar de idioma, e incluso participar en un mercado económico tan grande como el norteamericano. Por ejemplo, ahora yo, que soy venezolana, escribo estas palabras desde Madrid, y alguien que puede estar en Colombia, Costa Rica, Ecuador o Paraguay, las lee sin que sea necesario realizar ninguna traducción.
Nuestra lengua es la segunda más hablada en el mundo después del chino mandarín, por lo cual nuestra unión es un importante mercado cultural y comercial. Por nuestra cantidad y similitudes, los hispanohablantes podemos convertirnos en una hermandad capaz de lograr cosas muy positivas para todos.
El español es una lengua muy rica y diversa, que posee una larga historia, Nebrija publicó su obra, Gramática castellana, en 1472, siendo el primer tratado de una lengua europea moderna. Desde entonces y hasta hoy, contamos con miles de escritores y poetas que lo certifican. La poesía de autores como Federico García Lorca, Jorge Luis Borges, Octavio Paz o Rafael Cadenas, así como la prosa de escritores como Rómulo Gallegos, Gabriel García Márquez, Isabel Allende o Mario Vargas Llosa, son solo algunos ejemplos de la riqueza de la literatura en español.
Nuestra lengua es uno de los legados más valiosos que tenemos, un patrimonio invaluable que debemos preservar. Nuestra misión es transmitir la lengua de nuestros padres, a las nuevas generaciones, sobre todo si no vivimos en países hispanoparlantes. Pues es parte de nuestra historia, y un puente que une regiones separadas por caminos, montañas u océanos, acercándonos a millones de personas en todo el mundo a través de su uso y de nuestra cultura compartida.