Por Sofia Bonato
Y así comenzó mi viaje, el primero de marzo,
feriado de carnaval, volviendo de Tandil.
Un audio de 5 minutos confirmando un sueño.
Un sueño para él, no para mí. Pero que aún así, quise compartir. Juntos.
Las semanas pasaron, la ansiedad creció. Y aún no teníamos noticias de la partida.
Un Lunes 21 de marzo se confirmó, casados nos teníamos que ir. Llanto, risas y emociones.
Cuatro días pasaron y la fecha del civil teníamos. 27 de mayo sería.
Hola a todos, mi nombre es Sofi, soy argentina y les quiero contar la historia de cómo terminé viviendo en Suiza con mi marido.
Imagen de autoría de Sofia Bonato. Reservados todos los derechos.
Antes de migrar me hubiese gustado leer, escuchar o hablar con alguien que ya hubiera vivido un proceso migratorio. En ese momento muchas cosas se me venían a la cabeza, miedos, nervios, dudas. Pero la verdad es que no me imaginaba todo lo que me esperaba. No hay una sola forma de prepararse para migrar, cada proceso migratorio es único y distinto. Por eso, quiero contarles cuál fue mi experiencia personal y lo que fui aprendiendo a lo largo de mi migración.
Siempre me gustó escribir pero nunca me animé. Poco a poco, voy dejando mi zona de confort, para ir descubriendo quien verdaderamente soy, mientras les cuento mi historia.
Todos siempre buscamos el momento perfecto para hacer las cosas, pero realmente ¿ese momento existe?
Cuando surgió la idea de irnos, mejor dicho, cuando le surgió a mi marido (en aquel momento novio) sentí que se me venía el mundo abajo… pensaba “¿Yo en otro país?”. Al principio eran vagas las ideas y no había nada concreto, pero para él siempre había sido su meta laboral. Más de una vez esto nos trajo problemas en la relación, porque yo no estaba segura de querer irme del país y él sí, de hecho, siempre lo había tenido muy claro, tan claro como yo tenía que de Argentina no me iba a ir.
Imagen de autoría de Sofia Bonato. Reservados todos los derechos.
La propuesta laboral al fin llegó y teníamos que tomar una decisión. Aún recuerdo el momento exacto en que su mirada decidida se clavaba en la mía, toda dubitativa. Son esos pequeños momentos de tu vida, que tenés que cerrar los ojos, confiar y dejarte llevar. Ya habíamos tenido más de mil charlas y cada una de ellas nos llevaba a la misma conclusión, sabíamos que iba a ser un desafío, pero qué mejor que hacerlo de a dos.
No creíamos que todo empezaría a pasar tan rápido, de repente fue como tirar una ficha de dominó, una vez que tirás una, todas empiezan a caer. Sin darme cuenta estaba viviendo una negación total, poniéndome planes todos los días, ocupándome de estar ocupada para no pensar. Todo comenzó a pasar en velocidad x2. Mudanza, despedidas, casamiento. Todo un cóctel de las mejores emociones.
Imagen de autoría de Fiorella Chagnier. Reservados todos los derechos.
Con la idea de una despedida, creamos un casamiento.
Nos llevó juntar a 130 personas, ninguna faltó ese 4 de junio.
Despidiéndonos de Argentina estuvimos. Las Cataratas y el norte recorrimos.
Mientras la incertidumbre abundaba en nuestras mentes.
Un 21 de julio nos despedimos. Con besos y abrazos en Ezeiza.
Y llorando me fui, pero de la mano juntos caminamos.
Imagen de autoría de Sofia Bonato. Reservados todos los derechos.
El 2022 sin dudas fue el año del adiós. Uno de los años más contradictorios de mi vida. Un año lleno de emociones. Un año de muchísima felicidad y muchísimo dolor. Son esos años qué te marcan. Un 2022 lleno de despedidas, algunas para siempre y otras por un tiempo, que igualmente, duelen y mucho.
Sin dudas ese adiós es una metamorfosis: ese duelo te hace renacer, dejando tu vida pasada para darle comienzo a una nueva etapa.
Todas las imágenes son de la autoría de Sofia Bonato.