La migración es un fenómeno complejo y polifacético; es algo implícito en la historia y construcción misma de la humanidad. Al cruzar las fronteras creadas, los migrantes entran en procesos de construcción de una nueva cultura y conciencia, por lo que “la migración trae consigo la ampliación del radio de las relaciones sociales y la conformación de nuevos vínculos laborales, amistosos o amorosos” (Chavez,2022).
Hoy en día, la persona que llega a un país de destino vive un sin número de cambios a nivel social y cultural que influyen en su aceptación psicosocial “e incluso en su readaptación a la sociedad de origen cuando tenga que retornar, bien sea por voluntad propia o expulsión” (Ferrer,2014).
Al mudarse a un nuevo territorio, el migrante trae consigo su bagaje cultural, lenguaje, conocimientos y emociones. Sin embargo, él debe adaptar esas nuevas expresiones, cultura, comida y distintas formas de vida a su nueva realidad de destino. Es un proceso en donde, si se realiza de manera orgánica y positiva es muy interesante ya que, si logra adaptarse a las nuevas condiciones sociales y culturales del país de destino también aporta al surgimiento mezclas interculturales que terminan reformando identidades y planteando otras formas de vida en ese ciclo permanente que se ha sucedido desde todos los tiempos.
La mezcla intercultural se puede evidenciar, por ejemplo en el impacto de la gastronomía en las nuevas culturas como el caso de la China que impacta con el surgimiento y distribución de productos orientales en la cotidianidad occidental producto de la presencia de comunidades chinas que instalan restaurantes y/o emprendimientos como formas de construir sus economías en los puntos de destino; e incluso deportes de contacto como las artes marciales que cada vez son mas populares en muchos países europeos y en América en general. Igualmente es el caso de la presencia Latina en otras latitudes en donde su fuerza laboral es pilar fundamental de la economías en USA y ha sido de relevancia en la construcción de Europa.
Es sorprendente la habilidad humana para lograr avanzar y salir adelante potenciando aquellas cualidades y saberes que llevan consigo, logrando que sus “debilidades” como el idioma, la comida o su cultura se consoliden en fortalezas para lograr incluirse en los nuevos contextos. Es así como aprovechan esos elementos exóticos y llamativos para el nativo como oportunidad aportando nuevas ideas e innovaciones.
La cultura migratoria es por definición patrimonio en movimiento ya que mediante el desplazamiento de las personas se crea un valor mediante soluciones integrales que dinamizan economías, reconstruyen el tejido social y generan oportunidades que dignifican a los individuos y a su vez brindan protección de saberes, tradiciones y conocimientos innatos de los pueblos, aunque, muchas veces se requiera adaptarse a un nuevo país y que el individuo modifique su comportamiento y se moldee a una nueva cultura, empezando por aprender un nuevo idioma extranjero (o por lo menos comprender un nuevo acento).
Se podría decir que el proceso que transita el migrante esta condicionado por sus necesidades y por el nuevo contexto que experimenta cambios en “su seguridad física, salud, ocio, trabajo y establecer relaciones interpersonales, que se lograrán con mayor o menor dificultad de acuerdo con el grado de diferencia cultural entre la sociedad de acogida y la de origen, y también requiere que el inmigrante tenga una buena habilidad para superar el malestar físico y psicológico” (Ferrer,2014). En pocas palabras, las personas que decidan a migrar deben estar dispuestas a superar los obstáculos que se presenten y convertir sus debilidades en fortalezas brindando así un valor agregado al país de acogida sin dejar atrás su cultura o menospreciar a la otra.
Referencias
Ferrer, R. (diciembre de 2014). Proceso de aculturación y adaptación del inmigrante: características individuales y redes sociales. Obtenido de http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-417X2014000300009
Chávez González, D. (2022). Migración e identidad cultural. Obtenido de http://www.revistas.unam.mx/index.php/ents/article/view/20184