Tanto Bolivia como Brasil están enfrentando emergencias ambientales sin precedentes, impulsadas por incendios y sequías que están destruyendo ecosistemas clave y afectando a millones de personas.
La región amazónica de Brasil está atravesando su peor sequía desde 1950, afectando gravemente al estado del Amazonas, donde el Gobierno ha declarado una "situación de emergencia"; en sus 62 municipios. Esta sequía extrema ha provocado la disminución significativa del caudal de los ríos, incendios forestales y un impacto profundo en las comunidades locales.
En municipios como Manaquiri, cerca de Manaos, los lechos de los ríos están totalmente sin agua, dejando comunidades rurales aisladas y la vida acuática en peligro. Las familias se ven obligadas a recorrer largas distancias para acceder al agua y a las escuelas, ya que los medios de transporte fluvial han sido interrumpidos. Esta situación afecta a cerca de 80 000 familias en todo el estado, que cuenta con la mayor población indígena de Brasil.
Además, la sequía ha propiciado un aumento alarmante de incendios forestales. Actualmente, Brasil tiene más de 3600 focos activos, la mitad de ellos en la Amazonía. En el
estado de Amazonas se contabilizan 237 focos, y otras áreas como São Paulo y Minas Gerais también están luchando contra incendios que se sospecha fueron provocados.
En Bolivia, incendios incontrolables han consumido más de 4,1 millones de hectáreas y está afectando gravemente las regiones de Santa Cruz y Beni. Los fuegos, provocados.
inicialmente por productores agropecuarios para limpiar tierras, se han descontrolado debido a una sequía extrema, y actualmente hay 54 incendios activos solo en Santa Cruz. Las autoridades temen que, para octubre, solo en esta región se quemen hasta cuatro
millones de hectáreas.
La Fundación Tierra reporta que estas áreas afectadas incluyen importantes reservas de biodiversidad, como el Parque Natural San Matías, donde más de dos millones de
hectáreas han sido destruidas. La fauna local, incluidas especies amenazadas como la Paraba Azul, está sufriendo las consecuencias. Además, la densidad del humo ha afectado las principales ciudades, interrumpiendo vuelos y poniendo en peligro la salud de la población.
Ambas naciones están sufriendo las consecuencias de la crisis climática, con la deforestación y las quemas agrícolas como factores exacerbantes. Este fenómeno, además
de dañar de forma irreversible el ecosistema amazónico, está afectando la economía local, dificultando el transporte de medicamentos y alimentos, y empeorando la situación de las comunidades rurales ya vulnerables. La crisis climática en la región amenaza con prolongarse en los próximos meses, agravando aún más los problemas en esta zona crucial para el equilibrio ambiental global.
Fuente: https://www.portafolio.co/internacional/amazonia-con-la-peor-sequia-desde-1950-612912
https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20240904-los-incendios-provocados-arrasan-millones-de-hect%C3%A1reas-en-la-amazonia-boliviana